miércoles, 12 de agosto de 2009

Desterrados.

Desterrados hijos de la vida
que destrozáis en mí vuestras frustraciones.
Queréis vivir en ella
pero no podeis porque estáis muertos.

Vuestro corazón late pero no tiene rumbo.
Creeis que sois más porque vivís en los triunfos
de vuestros hijos.
Pero no sois nada.

Vuestros labios de hiel se camuflan entre abrazos
que duelen y no dejan respirar.
Y apretáis, apretáis duro
pensando que así sois más fuertes.

Pero aún así, aunque os aferráis...
Seguís muertos.